lunes, 23 de agosto de 2010

Hitler

Por Mariano Dubin
“A la escritura por otras puertas”
Año 2009

El lugar es un bunker militar atiborrado de mapas, croquis y libros abiertos. La luz tenue crea un ambiente que si no fuese por la cara enferma del sr. Hitler parecería el decorado de una película de guerra. Los diálogos sobreactuados y los cuerpos detenidos en sombras perfectas exageran la impostura. Finalmente habla: hoy cualquier pelotudo me hace una carta abierta. El bastardo Freud quiso diseminar al ser ario. Si somos una piedra, imposibles de dividir. Un solo pueblo. Hitler se golpea maquinalmente la cabeza. Indivisibles, como el átomo. ¿entiende Karl? Como el átomo… como ese físico judío que decía dividir el átomo. ¡Los arios somos los únicos que queremos sumar! Los judíos solo quieren dividir, los polacos restar, los finlandeses hacer tabla del tres, los griegos buscar los puntos en una línea, los… ¿entiende, Karl? Sin embargo Karl calla con un mutismo pétreo que confirma su indivisibilidad aria.
Las manos del sr. Hitler se mueven pavorosas sobre su escritorio. Levanta un papel y sus ojos se abren en una explosión: una “carta abierta”… ¿Carta Abierta a Hitler? ¿Y quién es este judío que me escribe una Carta Abierta? ¿Lo conoce, Karl? Usted no conoce a nadie. No sé quién lo trajo aquí: ¿yo? Por Dios, no lo recuerdo… ¡Karl escuche! Sí, ya sé que está cerca mío, grito porque quiero, ¿quiere que vuelva a gritar? Mire: ¡Karl escuche!
El sr. Hitler se mueve en su búnker. Karl es sólo una sombra en el piso. ¿Quién es Remarque, Karl? ¿Judío? ¿No sabe? Llame a Heidegger, Karl. Ahora, sí, ahora. Pregúntele quién es ese judío. Mire, lea esto: “Usted Gran Dictador no ha respetado…”. ¿vio? Es judío, sólo un judío lloraría así. ¿Por qué es judío, Karl? Claro que no sabe Karl, usted no sabe nada. Así de degenerada quedó la sangre alemana con tanto judío pululando por sus calles y plazas. Es judío, Karl, porque lloriquea y todos los judíos lloriquean. ¿Pero recuerda su República de Weimar, Karl? Allí gobernaban todos juntos: judíos, comunistas, hasta gitanos habría. ¿Qué sería de nuestra patria? Austria, los Sudetes, Alsacia y Lorena… Hitler calla cómo si hubiera olvidado la letra del guión y el silencio se hace engorroso. Karl sigue siendo una sombra en el piso. ¡La imprenta! Grita Hitler levantando el índice. La imprenta es un mal moderno, Karl. Prolifera todo tipo de basura judía. Gracias a la nueva patria que estamos forjando estamos curando a nuestro pueblo de la influencia judía y comunista. Cuántos escritores, músicos, psiquiatras envenenaban nuestras mentes de propaganda hebrea internacional. Se han desarrollado por el mundo, Karl Son una plaga. Hitler levanta informes y los va desparramando por el escritorio. ¿Has escuchado hablar de los Entre Ríos? Una provincia de la Amazonas del Brasil: Todos judíos. Lo dice este informe. ¡Ah pero extraño al señor Lang! Hitler se muestra apesadumbrado. ¿Has visto Metrópolis? Eres una bestia ignorante, Karl. Qué fílmico, qué pureza de valores. Pero, ¿sabes qué hace el señor Lang hoy? Basura judía, en Estados Unidos. Ese cine muestra la clara debilidad de un pueblo que ha convivido con negros y mulatos largo tiempo. ¡Si hasta Brecht escribe guiones para el cine de Estados Unidos! Propaganda judía, Karl. Hitler parece recordar algo y sonríe… ¿y Remarque? ¿Ese judío? ¡Le dije que llame a Heidegger ahora! ¡Quiero saber quién es ese judío que me escribe una carta abierta! ¡Llame! ¡Llame!

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